¿Aceptas a esta mujer como tu legítima esposa hasta que la muerte los separe?. Sin exagerar, esa es la frase más significativa en la vida de una pareja. ¡Créelo!. Y el SÍ a esa pregunta, es la respuesta más maravillosa que puede escuchar un ser humano, y que los conduce al sueño de la formación de una familia.
Dios prevee que ese sueño divino, que se originó primariamente en el Edén, sea de verdad para toda la vida. Dios es amor, y bendice con el amor del matrimonio, la fuerza del amor de una pareja. Pero, llega el divorcio. Dios mío, ¿Qué pasó para llegar a esa situación que parece carecer de arreglo alguno?.
Sencillamente el sueño de Dios se convirtió en pesadilla. Y mi primera reflexión, que precede todas las inquietudes de este tema es: ¿Cómo ve Dios a un hombre y a una mujer que rompen con ese juramento bendecido por Dios en el altar de una iglesia?, ¿Cómo queda la bendición de Dios de ese dia que fue tan maravilloso, y que lo destruyó el divorcio?. ¿Olvidaron que el matrimonio es una bendición?, ¿Se puede rechazar una bendición?.
Empecemos con análisis ligero: lo más hermoso que hay en el mundo son los productos del amor,Dios prevee que ese sueño divino, que se originó primariamente en el Edén, sea de verdad para toda la vida. Dios es amor, y bendice con el amor del matrimonio, la fuerza del amor de una pareja. Pero, llega el divorcio. Dios mío, ¿Qué pasó para llegar a esa situación que parece carecer de arreglo alguno?.
Sencillamente el sueño de Dios se convirtió en pesadilla. Y mi primera reflexión, que precede todas las inquietudes de este tema es: ¿Cómo ve Dios a un hombre y a una mujer que rompen con ese juramento bendecido por Dios en el altar de una iglesia?, ¿Cómo queda la bendición de Dios de ese dia que fue tan maravilloso, y que lo destruyó el divorcio?. ¿Olvidaron que el matrimonio es una bendición?, ¿Se puede rechazar una bendición?.
y la familia nace del amor, a través de la bendición del matrimonio. Qué linda es una familia: eso lo sabe el que la tiene, y el que no la tiene, recibe esta opinión con justificada nostalgia. Pero no todos valoran la riqueza de amor del seno familiar y no saben mantener unida una familia, por eso, el divorcio es el suicidio del amor. Y que quede claro, Dios no concibió ni creó el divorcio; ni mucho menos le alegra su ocurrencia.
El máximo legado que un ser humano puede exhibir (y hasta sentirse orgulloso), es tener un matrimonio longevo. Todos quienes están practicando un mejor vivir, buscan como meta el "CONSTRUIR", pero el divorcio es lo contrario, ¡ES DESTRUCCIÓN!. Practicar un mejor vivir, es privilegiar todo lo positivo, y tratar de perpetuarlo; pero el divorcio es la antítesis, porque ¡acaba con lo positivo del Plan de Dios!, y espiritualmente hablando, coloca en los labios de Satanás esta expresión irónica: ¡GANÉ!.
El divorcio es un problema que debe ser visto desde varios ángulos (y cada uno realmente, produce una amplia disertación). Es un problema sociológico, porque atañe problemas sociales, como hijos sufriendo consecuencias, disputas por bienes materiales, etc. Es también un problema psicológico, porque más que solucionar, arrastra hacia otros problemas, que van desde stress, nostalgia, violencia doméstica, hasta el extremo del suicidio en casos muy depresivos. Pero tristemente es un gravísimo problema espiritual, "porque denota desconocimiento y desobediencia a los preceptos de la Biblia".
Básicamente, lo veo como una salida fácil, porque nadie dijo (ni mucho menos la Biblia)que el matrimonio sería un camino sin obstáculos. Algunos argumentan diplomáticamente (artistas, políticos, etc) que se origina por "razones irreconciliables", y me pregunto, ¿de verdad hay problemas sin solución?. Y peor aún: ¿dónde quedó el poder sanador y restaurador de la oración?.
Las reflexiones del amor, cuando éste es robusto, sano, espiritual, no conducen precisamente a concluir que la única salida es el divorcio. Es que el divorcio comienza cuando se acepta la idea del mismo, y no se está dispuesto a defender la bendición más significativa de Dios para un ser humano. Por eso el divorcio es, o para parejas que tomaron el matrimonio a la ligera, que no los unía un verdadero amor (ese amor que todo lo "supera"); o para las parejas inmaduras, que no saben echar a un lado el ego, para ver la luz bella que es la personalidad del cónyuge, y que nunca debió apagarse.
Es irrefutable que la decisión de divorcio revela carencia de valores familiares, porque si al niño "se le inculca en su momento de formación, lo importante que es una familia y lo que regocija a Dios ver familias felices", es seguro que cuando forme su familia ya de adulto, no aceptará como válida la salida del divorcio. Como también ocurre, la negligencia de padres que no cuidan el ejemplo que deben dar a sus hijos, cuando toman la decisión de divorciarse y además agredirse sentimentalmente, lo cual afecta a los hijos. Debe enfatizarse en este punto, que hoy más que nunca es crucial, por la cantidad de antivalores que recibe un niño de la tv actual, la cual no se preocupa de los mensajes subliminales y sus consecuencias, para el público infantil. En épocas pasadas, los niños veían como "normal" que el matrimonio de sus abuelos y sus padres era para toda la vida; ahora el ejemplo que reciben de la tv y de sus propios padres, es que es "normal" el divorcio.
Insisto además en otro aspecto también importantísimo: la madurez espiritual, no se demuestra precisamente con un divorcio, porque Dios no es separación.
Haciendo ejercicio de visualización literaria, un divorcio es como un río seco, o una flor marchita, o un bosque talado: es decir, son fenómenos ajenos a la magnificiencia de Dios, creador de todo lo bello.
Tienes que ser una mujer de valor para enfrentar con éxito las turbulencias del matrimonio, que a veces parecen como un tsunami que te ahoga, pero que con la guía de Dios puedes salir con buenos resultados. Y los hombres deben ser verdaderos varones, que aprendan a valorar y a respetar a su esposa, y que se hagan también respetar a sí mismos. Imiten la solución anglosajona: inviten a un té a la pareja y practiquen el diálogo, que es el mecanismo por excelencia para la solución de conflictos a nivel internacional, más aún, a nivel personal.
En el ambiente que podríamos llamar pre-divorcio (donde apenas se inician los problemas), las sonrisas se han cambiado por mal humor. Las caricias se han cambiado por pleitos. Las frases galantes por ofensas e improperios. Y se sufre de anemia de humildad. ¿Será que es tan difícil revertir esos síntomas?.
No se construye una sociedad construyendo divorcios, sino construyendo matrimonios felices. La buena consultoría o el buen consejo es el que logra salvar matrimonios. Si la lectura de esta publicación en algo contribuyó a rescatar un matrimonio, se tomará como el cumplimiento de la visión de este blog, de fomentar, rescatar, cimentar, todos los valores indispensables para el crecimiento y fortalecimiento de una sociedad de valores.
Las palabras son como lo que el viento se llevó (película magistral de Clark Gable)porque lees cotidianamente muchas cosas en libros y diarios, que luego ni recuerdas. Pero las reflexiones que acabas de leer, medítalas con tu pareja, y trata de extraer de ellas el máximo provecho para tu matrimonio.
Hay quienes quieren ver síntomas de divorcio en la mujer (o el hombre) que han caído en infidelidad, pero ¿No te acuerdas que Dios te receta la pastilla del perdón para curar esa enfermedadde ego herido o de resentimientos?.
Quiero traer una cita del Padre Josemaría Escrivá de Balaguer (fundador del Opus Dei) que dice: "Hay dos puntos capitales en la vida de los pueblos: las leyes sobre el matrimonio y las leyes sobre la enseñanza; y ahí, los hijos de Dios tienen que estar firmes, luchar bien y con nobleza, por amor a todas las criaturas".
Por favor: ama a tu pareja con fervor, como lo que es: ¡UN REGALO DE DIOS PARA TÍ!.
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